Flujos atemporales / sedimentos cognitivos
Nota de prensa
El trabajo de Nicolás Lamas, se puede entender como una circulación fragmentaria y heterogénea de ideas y materiales en constante negociación. Una red compleja de saberes que entreteje el mundo natural y cultural bajo procedimientos, metodologías y parámetros ambiguos. Influido por procesos aleatorios y diálogos especulativos entre diferentes materiales, Lamas da vida a cuerpos híbridos que redefinen tanto su propia lógica como la percepción del espectador, trascendiendo ideas preconcebidas y sumergiéndonos en un territorio donde las estructuras de conocimiento se disuelven y reconfiguran constantemente.
En esta muestra, se revela un legado arqueológico que convive con los flujos atemporales de diferentes materiales, sedimentos cognitivos, que establecen diálogos abiertos con tecnologías en continua evolución. Desde el filo del presente, donde la disección de estos tiempos resulta inabarcable, Lamas interviene materiales e imágenes, revirtiendo la lógica industrial así como los esquemas museográficos tradicionales, creando nuevas perspectivas de transformación formal y cultural. En una de las piezas, Cultural Sediments, el artista despliega los fragmentos de un ánfora en niveles progresivos dentro de una vitrina, reorganizando su estructura original bajo una estratificación visual que también resuena con otra de las piezas de la muestra: Parallel Worlds. Esta consiste en una serie de revistas National Geographic que han sido intervenidas al remover páginas intermedias entre dos imágenes de artículos distintos, generando dípticos con asociaciones abiertas y poéticas radicalmente distintas a los modos categóricos del saber científico.
En la obra de Nicolás Lamas, los objetos existen independientemente de la percepción humana y no se agotan ontológicamente en sus relaciones con los sujetos o entre ellos mismos. Su práctica es un pacto con el azar y las improbabilidades provisorias. En la sala, Neurocoral, una pieza conformada por un coral con forma de cerebro, descansa sobre una válvula de transmisión de un automóvil. La simbiosis entre organismos y máquinas se vuelve un tema recurrente en su obra, mientras explora las resonancias entre modos de producción y consumo del pasado y el presente, sin menoscabar una emergencia ecológica subyacente. En Circularity and Stagnation, una vasija de bronce utilizada en rituales funerarios ancestrales chinos se llena con aceite de motor usado y ha sido acoplada a una caja de cambios de aluminio. Ambos materiales –bronce y aluminio– evocan hitos en la historia de la tecnología, creando un vínculo formal y temporal entre culturas y subvirtiendo sus funciones y valores originales. En otra obra, Dystopic Heritage, un montaje fotográfico muestra un paisaje diacrónico donde las ruinas de Pérgamo (sede de la segunda biblioteca más importante de la humanidad después de Alejandría), crea una continuidad visual y temporal con un vertedero de neumáticos, uniendo el apogeo de la cultura helénica con los vestigios industriales de nuestro presente.
Paleontología y disección anatómica son igualmente constantes en su práctica. En Biomechanical Equipment, una caja de herramientas con trinquetes de acero, es completada con fragmentos de osamenta humana. Este ensamblaje no solo evoca la hibridación entre cuerpo y máquina, sino que también nos recuerda que el hueso ha sido uno de los primeros materiales en ser utilizados para fabricar herramientas. Esta misma relación cuerpo-maquina, se amplía en Planned Obsolescence, donde un pódium mecánico sostiene una reproducción en yeso de Marsias, el personaje mitológico castigado por desafiar a Apolo en una competencia musical. La escultura se eleva sobre una fotocopiadora Xerox, hoy reliquia de una tecnología de réplica de documentos. Su disección permite humanizarla: cuando el interior de la maquina queda expuesto, su entramado interno de circuitos emerge como una anatomía casi biológica, revelando una estructura que sugiere ligaduras orgánicas o redes neuronales.
Lamas explora los dilemas de la obsolescencia programada y la sobrecarga informativa en una era de aceleración tecnológica, donde la capacidad de procesar y preservar conocimiento es cada vez más limitada frente a un volumen de datos en constante expansión. En su serie Letters to the Future, asocia las huellas de circuitos y componentes electrónicos contemporáneos con las primeras tablillas con escritura cuneiforme en la antigua Mesopotamia. Así, plantea una genealogía de herramientas de control del conocimiento que, a pesar de su aparente omnipotencia, también sucumben al paso del tiempo, revelando la tensión entre el deseo humano de preservar información relevante, la inevitable fragilidad de los sistemas que construimos y su inminente desaparición.
La frase de Borges, “la imposibilidad de penetrar en el esquema divino del universo no puede, sin embargo, disuadirnos de planear esquemas humanos aunque nos conste que estos son provisorios,” parece resonar en la obra de Lamas como un eco de la fragilidad de nuestras construcciones culturales. En su obra, evoca un futuro especulativo donde el conocimiento, influido por el caos y el azar, adquiere una lógica que desafía cualquier intención determinista. La formación del artista en el núcleo de una familia científica—su madre química forense y su padre director en el Museo de Historia Natural de Lima—configura una sensibilidad hacia la clasificación y ordenamiento del conocimiento, que sin embargo en su práctica se transforma en una relación con el “azar ontológico” de los objetos y el “azar epistemológico” del conocimiento, donde la precisión científica da paso a la incertidumbre y a un saber híbrido y especulativo.
En definitiva, Lamas nos invita a considerar su obra en general como una práctica enciclopédica anárquica y disonante, en la que las asociaciones simbióticas entre objetos, imágenes y conceptos provenientes de diferentes contextos, adquieren categorías alternativas, desafiando las barreras tradicionales entre naturaleza, cultura, y tecnología. De esta manera, plantea que los sistemas de conocimiento humano, no pueden abarcar la totalidad de un universo donde la evolución de la cultura y la tecnología es profundamente no lineal. Al igual que los sistemas vivos, es un proceso de constante adaptación, influido por los flujos de información y por interacciones caóticas. En este sentido, el arte surge como un refugio para un conocimiento rizomático, ofreciendo una visión caleidoscópica del saber enciclopédico, en la que el pasado y el presente se entrecruzan y contaminan, creando conexiones atemporales entre componentes materiales y su historia cultural en constante evolución.
«Lamas nos invita a considerar su obra en general como una práctica enciclopédica anárquica y disonante, en la que las asociaciones simbióticas entre objetos, imágenes y conceptos provenientes de diferentes contextos, adquieren categorías alternativas, desafiando las barreras tradicionales entre naturaleza, cultura, y tecnología. De esta manera, plantea que los sistemas de conocimiento humano, no pueden abarcar la totalidad de un universo donde la evolución de la cultura y la tecnología es profundamente no lineal»